Los docentes fueron los primeros en registrar el incremento y la virulencia de la violencia en las escuelas. Con el correr de los años es la sociedad en conjunto la que asiste, atónita y desconcertada, a un fenómeno desbordante que parece escapar fuera de control.Pero el episodio violento es solo la muestra final de la mala educación que los niños y los jóvenes sufren tanto desde la familia como desde las organizaciones escolares. Con un agravante: la falta de autoridad, la incapacidad para sancionar a quien transgrede las normas, esconde en el fondo la intencionalidad perversa de producir una comunidad …
Los docentes fueron los primeros en registrar el incremento y la virulencia de la violencia en las escuelas. Con el correr de los años es la sociedad en conjunto la que asiste, atónita y desconcertada, a un fenómeno desbordante que parece escapar fuera de control.Pero el episodio violento es solo la muestra final de la mala educación que los niños y los jóvenes sufren tanto desde la familia como desde las organizaciones escolares. Con un agravante: la falta de autoridad, la incapacidad para sancionar a quien transgrede las normas, esconde en el fondo la intencionalidad perversa de producir una comunidad de maleducados a quienes poder dominar. Fernando Osorio repasa 200 años de dislates, contradicciones, y modestos aciertos en la historia del país para buscar las raíces de la violencia escolar, uno de los mayores flagelos de nuestros tiempos.
Géneros: BIC|YXT: Personal & social issues: truancy & school problems (Children's / Teenage), BISAC|JNF050000: JUVENILE NONFICTION / School & Education
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